La conquista romana entre 29 y 19 a. C. hizo entrar a Asturias en la Historia. Durante este período romano destacan las labores mineras realizadas por el Estado Romano, con el oro del Occidente asturiano como centro del esquema territorial en época alto-imperial. La explotación minera de las riquezas auríferas decaería entre los siglos II-III d. C., en favor de las minas romanas de la región de la Dacia, conquistada para el Imperio entonces. El otro esquema complementario de estos momentos serían las explotaciones agropecuarias de multitud de villas romanas como las de Veranes (Gijón) o Memorana (Lena), además del surgimiento de núcleos fortificados como Gijón.
En el siglo XVI el territorio alcanzó por primera vez los 100.000 habitantes, número que se duplicó con la llegada del maíz americano en el siglo siguiente.
El 8 de mayo de 1808, la Junta General del Principado de Asturias declara la guerra a Francia y se proclama soberana, creando ejército propio y enviando embajadores al extranjero, siendo el primer organismo oficial de España en dar ese paso. En ese momento se forman cuerpos militares propios como el Regimiento de Candás y Luanco. El 1 de enero de 1820, el oficial Rafael de Riego, oriundo de Tuña (Tineo), se subleva en Cádiz proclamando la Constitución de 1812.
A partir de 1830 comienza la explotación del carbón, iniciando la revolución industrial en la comunidad. Más tarde se establecería la industria siderúrgica y naval.
El 6 de octubre de 1934 comenzó un alzamiento revolucionario en la cuenca minera provocada porque los revolucionarios no admitieron la entrada de la CEDA en el gobierno, algo que entendían como un avance del fascismo en España. La Revolución de 1934 tuvo a Asturias por escenario principal.
Durante la revolución de 1934, protagonizada por los mineros de las Cuencas, Oviedo queda asolada en buena parte: resultan incendiados, entre otros edificios, el de la Universidad, cuya biblioteca guardaba fondos bibliográficos de extraordinario valor que no se pudieron recuperar, o el teatro Campoamor. La Cámara Santa en la Catedral, por su parte, fue dinamitada.
La Guerra Civil produjo la división de Asturias en dos bandos, al sumarse Oviedo al levantamiento el 19 de julio. El 25 de agosto de 1937 se proclama en Gijón el Consejo Soberano de Asturias y León presidido por el dirigente sindical y socialista Belarmino Tomás, terminando el conflicto el 20 de octubre de 1937 con la victoria de las tropas nacionales en el frente norte.
Tras veinte años de estancamiento económico, se produjo la definitiva industrialización de Asturias en las décadas de los años 60 y 70. Fuertemente afectado por la reconversión industrial de la década de 1990, el Principado intenta potenciar hoy en día sus abundantes recursos paisajísticos y naturales con vistas al sector turístico.
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